Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección CARPE VERBA

Carpe Verba

1. Presentación

Enrique Ortiz Aguirre (Coordinador)

Sin duda, uno de los conceptos que encierran mayor complejidad y que, al mismo tiempo resultan inseparables del acontecimiento literario, es el de ‘ficción’. A menudo, este espinoso y escurridizo término ha sido ventilado mediante lugares comunes como el de definirlo desde aquello que se opone a la realidad o a la verdad. Sin embargo, no puede resultar tan sencillo abordar un vocablo que tiene la capacidad de generar supuestas falsedades que devienen verdad indiscutible a través de la figura del lector (si es que nos referimos a una manifestación literaria de esta índole). Así, este maravilloso significado se entiende en la ósmosis misma con el concepto de ‘lectura’, un término tan maltratado como necesitado de perspectivas holísticas, rigurosas y auténticamente interaccionales. En verdad, tanto el concepto de lectura como el de ficción, además de encerrar el arcano pálpito de lo literario -y de otras manifestaciones artísticas por extensión-, se hermanan en una dinámica de bumerán que conlleva de manera complementaria tanto la evasión (demasiado visitada para dilucidar ambos conceptos) como la invasión (poco considerada para demarcaciones semánticas en cuanto a estos términos, en general), esto es, la lectura y la ficción nos identifican tanto con lo otro como profundizan en nuestra propia identidad (nos sacan de nosotros mismos para visitar zonas que, en realidad, nos resultan ínsitas).

Una visión simplista de la lectura o de la ficción conlleva una enseñanza defectuosa, si no desmovilizadora en cuanto a la propia literatura. De esta forma, plantear adecuadamente las relaciones ineluctables entre lectura y ficción potencia una enseñanza cabal de la literatura. Por ello, se nos antoja transcendental reflexionar acerca de las relaciones entre estos conceptos e implementar metodologías que promuevan estos nuevos territorios. Así, la escritura creativa genera espacios magníficos para una didáctica creativa de la literatura, como no puede ser de otra manera, y plantea la posibilidad de generar dispositivos que hagan más permeables los límites entre ficción y vida. No en vano, la etimología de la palabra persona nos conduce inevitablemente hacia concepciones ficticias en su significación de ‘máscara teatral’ y, por ende, desde una concepción ontológica de la lectura, se promueve cierta identificación entre ficción y vida.

A continuación, se presentan ejemplos concretos de creaciones literarias que potencian didácticamente las interrelaciones entre ficción y vida, elaborados por futuros docentes para dinamizar nuevas concepciones del acontecimiento lector, capaces de convocarlo como un constructor de significado en una lectura del mundo que convoque a ciudadanos críticos y participativos en las sociedades críticas actuales.

Se ha partido de un ejemplo magistral como el de «Continuidad de los parques», de Julio Cortázar para plantear un relato brevísimo metaficcional que plantee un concepto de ficción a medio camino entre la verdad y la falsedad, un magma semántico capaz de fundirse y confundirse con la propia vida.

 

         Arriba                      Arriba        

2. La casa del bosque

María del Pino Linero Santana, Eva María Lobato Suja, Eva Salanova Escartín y Noelia Torrijos López

En una fría y tranquila tarde de otoño una dulce niña caminaba por el bosque. Las hojas caían con el viento mientras la niña trataba de llegar a casa antes del atardecer. Fueron el paso del tiempo y la puesta de sol los encargados de acelerar el paso de la pequeña que solo pensaba en ver a sus padres cuanto antes. Corría y corría, pero el bosque parecía no terminar, los pájaros cantaban mucho más fuerte que minutos atrás y la angustia que sentía iba en aumento. Fue entonces, cuando la puesta de sol llegaba a su fin, que aquella niña vislumbraba su casa al final del camino. Corrió para llegar a ella lo antes posible y al entrar por la puerta encontró todo menos lo que se esperaba, o más bien no encontró nada, porque la casa estaba completamente vacía. Subió las escaleras en busca de sus padres, miró en cada una de las habitaciones a excepción de una cuya puerta estaba entreabierta. De pronto la luz se apagó y comenzó a escuchar cómo la voz de su madre le llamaba a lo lejos. Se dispuso a abrir la puerta, levantó la cabeza y allí estaba su madre

—Te llevo llamando 5 minutos, ¿Qué estabas haciendo? ─le dijo la mayor. La niña, aturdida por la situación tan agobiante que acababa de vivir, echó un vistazo a lo que había entre sus manos y a duras penas leyó Historias de miedo para no dormir. Impulsivamente, como si alguien se lo estuviera pidiendo, se levantó de la silla y miró por la ventana, ahí estaba lo que menos se esperaba, una niña igual a ella corriendo hacia la casa.

 

         Arriba                      Arriba        

3. Superheroína

Nerea Pascual Manrique, Sara Pérez Jiménez, Sara del Riego Sánchez y Pablo Rodríguez Gil

Luna estaba muy abrumada, después de una larga semana en la que había tenido muchos deberes. Para evadirse un poco de su rutina, cogió su cómic favorito y comenzó a leerlo en su cama. Sin embargo, el sonido de su hermano en la habitación de al lado la distraía demasiado, por lo que se encerró en el armario para poder leer en paz. Inmersa en su libro, con los dibujos y las palabras creándose ante sus ojos, pasó a sumergirse en la historia. El cómic acababa de comenzar. Se encuentran en una misteriosa ciudad arrasada por el caos. Truenos caen del cielo mientras el torrente provocado por el diluvio arrastra coches enteros por las calles, iluminados a intervalos por deslumbrantes rayos. En un edificio alto y solitario se encuentra el villano, el señor Cramsbe. Sonríe despiadadamente para sí mismo mientras observa el desastre que ha provocado. Tras haber construido una máquina para controlar el clima, había logrado que las lluvias arruinasen la ciudad. Su malévolo plan para conseguir que todas las personas dependiesen de sus nuevos edificios, resistentes a las lluvias, había funcionado y ahora conseguiría ganar miles de millones de euros. En la otra punta de la ciudad, la asistente de la superheroína Rayo de Sol corre hacia la guarida de esta. La ciudad entera necesitaba su ayuda. Se adentra a la la casa, sube por las escaleras y se dirige a la habitación. No había rastro de Rayo de Sol por ningún lado. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de marcharse, ve una luz saliendo del armario. Abre la puerta y, dentro, la encuentra leyendo un cómic. Pero no hay tiempo para esto. Entonces, Luna debe dejar la lectura. La ciudad la necesita.

 

         Arriba                      Arriba        

4. El entretejido hilo de letras

Marta López Gómez, Anda Mondéjar Ruescas, Carmen Rubio Simancas

Eran las 12 de la noche y Marcos, una noche más sin poder dormir, llamó a su hermano Lucas, quien se apuntaba a cualquier aventura, pese a que estuviese al borde del sueño, bajaron juntos al desván de la casa de su abuelo, deseosos de descubrir de dónde provenía el ruido que llevaban horas escuchando desde el desván. Acercándose a las desgastadas y monumentales estanterías, de repente, se oyó un gran estruendo que provocó el movimiento de la casa, cuando bajaron la vista vislumbraron un pequeño libro postrado en el suelo. Este curioso libro llamó rápidamente la atención de Marcos, pues tenía en su interior un manuscrito que a los ojos de los dos pequeños investigadores parecía un auténtico tesoro que cambiaría sus vidas por completo, y en cierta manera, no estaban equivocados del todo, no eran conscientes de que descubrirían por primera vez el gran hallazgo que un antepasado dejó por escrito y que jamás contó al resto del mundo.

A medida que los dos pequeños se adentraban en la lectura de aquellas páginas que tan solo con mirarlas parecía que las letras se desprendían, cayendo en el vacío del olvido. Fue inevitable sorprenderse por la cuidadosa caligrafía que su bisabuelo Francisco tenía y la curiosa forma de expresarse a tan temprana edad, pues había palabras que incluso el mayor de los hermanos, Marcos, le costaba comprender. En sus enrevesadas y bonitas formas de expresar lo que sentía Francisco, sus bisnietos quedaron embelesados con aquello que contaba en su historia y cuanto más avanzaban entre palabras, interrogaciones, exclamaciones y expresiones, más ganas sentían de querer conocer más sobre aquella irrefutable idea que Francisco sostenía y que defendía con garras y puñales como si de su propia vida se tratase. Francisco estaba convencido de que aquello que había descubierto provocaría el caos total y por tanto, antes de su partida debía obsequiar el cuidado de su hallazgo a una persona cercana y confidente para él, y este fue el abuelo de los niños, Julián, la admiración y ejemplo de toda la familia por su lucha y valor en la guerra turbulenta que le tocó vivir. Antes de seguir, Marcos hizo un paréntesis y comenzó a preguntarse qué sería aquello que su bisabuelo le confió a su abuelo, ya que su abuelo les dejó de este mundo terrenal hacía muchos años y desde ese momento, se convirtió en el ángel guardián que les cuida y protege de cualquier adversidad. Continuando con la historia, Francisco recordaba los buenos momentos vividos con su hijo Julián y el curioso juego que utilizaba con él y el resto de sus hijos para demostrar quién de ellos era el merecedor de cada una de las recompensas que utilizaba en cada juego. Con este enigmático desafío es cómo Francisco cedió a su hijo Julián la llave que escondía el gran tesoro ideal que el padre del joven muchacho había descubierto y que guardaba como secreto final, llevándoselo con sus alas al cielo estrellado. Cuando ya quedaban pocas palabras para acabar el entretejido hilo de letras que escondía tras sí el manuscrito, Marcos se sentía cada vez más intrigado y ansioso, expectante por saber a quién le concedió su abuelo el honor de custodiar la invención que dejó como legado su bisabuelo. Repentinamente y sin tapujos, cerca del instante tan anhelado que se hacía cada vez más eterno, sintió la tórrida corriente de aire procedente del ventanal que le recorrió cada poro de su cuerpo y de repente, sintió la vital necesidad de cerrar con un golpe seco el libro y guardar la carta en su interior. En un suspiro, sucumbió repentinamente en la idea de que, en su colgante, en el sinuoso medallón que su abuelo siempre le dijo que cuidara con su vida, se hallaría la respuesta al recóndito sinfín del estrepitoso secreto que jamás conocería el mundo y que por siempre ahondará en la eternidad infinita del recuerdo.

 

         Arriba                      Arriba        

5. En el umbral

Silvia Liaño, Lara Páez, Rafael Navarro, Marina Sevilla, Carmen Pizarro, Mónica Tabanera

El reloj marcaba las seis de la tarde y Max había terminado todos los deberes que le habían mandado en clase ese día, así que encendió la consola para ponerse a jugar a su videojuego favorito antes de que fuera la hora de irse a duchar. Le entró hambre, por lo que se dirigió a la cocina a prepararse un bocadillo para merendar. De pronto, escuchó un ruido raro que procedía de la puerta ¡había alguien intentando entrar a la casa! Estaba totalmente solo en casa. Recordó que su madre le había avisado de que se había ido a hacer la compra. Dos opciones aparecieron: gritar para averiguar si era su madre o permanecer callado y protegerse del posible peligro. La decisión fue no decir nada y así fingir que la casa estaba vacía. Ahora se le planteaban tres nuevas opciones: esconderse, esperar sigilosamente a que la persona entrara o atacarle una vez estuviese dentro. De cualquier manera, el objetivo era claro: sobrevivir, pero ¿cuál era la mejor opción? Los ruidos forcejeando la puerta seguían constantes, por lo que supuso que no se trataría de su madre. Era la primera vez que sucedía algo así. Los últimos meses han sido tranquilos dentro de casa, pero ahora ya no sabemos si aquella casa, aparentemente normal, era un lugar seguro. Hay un gran problema, no sabemos quién es la persona que está intentando entrar a casa ni qué pretende conseguir. Era solo un niño, y para su desgracia, eso iba a condicionar el resultado final: probablemente no contaba con la fuerza ni los medios para atrancar la puerta o para acabar con el extraño en caso de ser necesario. No tenía mucho tiempo para pensar, tan solo un escaso minuto. Quizás con esconderse en el armario era suficiente porque solo se trataba de un ladrón o incluso de su madre, pero cabía la posibilidad de que esa persona, desconocida por ahora, le encontrase y le hiciese daño o incluso le matase. 35 segundos para elegir, y el tiempo seguía bajando. El niño, asustado, decidió esconderse tras el armario de la habitación de su dormitorio, eso como mínimo iba a concederle más tiempo. Así que fue corriendo a su habitación y cerró la puerta, tratando de hacer el menor ruido posible. En ese instante la consola empezó a sonar, ¿cómo en un momento así podría hacerle eso? Enseguida fue a mirar por qué hacía ese sonido, sea quien fuere el que entró en casa le iba a pillar y todo ese esfuerzo por tratar de no ser visto y sobrevivir se iba a ir al traste. Rápidamente lo vio, batería baja, y durante dos segundos de silencio, la luz se apagó completamente. Alguien entreabrió la puerta del cuarto y lo único que pudo hacer el niño fue esconderse detrás de la puerta.

─¿Max? ─Un momento, esa voz me suena ─pensó el niño.

─Max, ¿dónde estás?, es hora de ducharse.

 

         Arriba                      Arriba        

6. Tiktokers

Ángela Carrio, Miguel Bravo, María Gómez y Anabel Cabello

Martín llegó a clase como cada mañana, pero esta vez, entró al recinto explotando de emoción, con el corazón en un puño, sudoroso de la experiencia que había vivido. No podía esperar a contársela a su buen y querido Álex, amigo y compañero de mesa. Siempre llegaban 10 minutos antes de que comenzasen las clases. Minutos que empleaban en encontrar su sitio en el aula y contarse lo que les había pasado en las 12 horas que los separaban de haberse visto el día de antes. Hoy traía una historia jugosa, pues había imaginado muy vivamente que cerraban una de sus aplicaciones favoritas: TikTok. Con extremo detalle, nuestro protagonista contó a su gran compañero el porqué de la suspensión del programa para móviles.

Sin quererlo ni esperarlo, comienza el revuelo en la clase. Suspiros de desesperación, alguna que otra lágrima y un grito que lo anuncia… «Han suspendido TikTok». Los dos niños no podían creerlo y eso lo mostraron con una mirada cómplice. Martín no lo podía creer, estaba ocurriendo exactamente lo que él había soñado la noche anterior. Quien había dado la voz de alarma sobre la noticia había sido Carlota, una de las alumnas de 5.º A, y compañera de Martín y Álex. Según ella relataba, iban a cerrar la reconocida red social por ser perjudicial y adictiva. Quedaba, por tanto, terminantemente prohibido que cualquier niño como los protagonistas de esta historia, de 11 años, tuviese acceso a TikTok. Además, tal y como se había enterado Carlota, a partir de ese momento los niños no tendrían acceso a ninguna red social más. Enseguida se comenzó a formar revuelo dentro de la clase. Los 26 niños que habían ido entrando poco a poco mientras la niña lo contaba, comenzaron a indignarse y protestar. No podían creer que su principal fuente de entretenimiento, TikTok, fuese a desaparecer. Estaban desolados, puesto que en su corta vida no habían conocido otras formas de divertirse, y no sabían qué iban a hacer a partir de ese momento. A uno de ellos, Gonzalo, se le ocurrió que podían hacer un homenaje, una manifestación en la que todos bailasen las coreografías que habían aprendido gracias a TikTok. Todos sus compañeros estuvieron de acuerdo, y comenzaron a gritar eufóricos, con la esperanza de que eso sirviese para devolverles su red social favorita.

Tal fue el escándalo que había en el aula de 5.º A que, cuando llegó su tutor, Bruno, tuvo que intentar apaciguarles para que no molestaran al resto de clases, que a esas alturas ya se habían enterado de la noticia. Sin embargo, Bruno no se encontraba lo suficientemente concentrado para calmar a sus alumnos, debido a un hecho a tener en cuenta, él era TikToker. Así es, Bruno se encontraba aún más devastado que sus propios alumnos por esta noticia, ya que su pasión por hacer TikToks se veía destruida en mil añicos, al no poder acceder más a esta aplicación. A pesar de esta devastadora situación, Bruno por fin consiguió que sus alumnos le hicieran caso y se calmaran, relativamente hablando. En ese momento Gonzalo le explicó a Bruno su idea de hacer bailes de TikTok con motivo de homenaje a la desaparición de la aplicación, lo que le pareció una estupenda idea. Toda la clase de 5.º A empezó a aprenderse la coreografía, ayudándose unos a otros, guiados por el experto TikToker, Bruno. Además, se empezaron a escuchar sonidos que provenían del exterior, y cuando se asomaron por la ventana observaron a una masa de personas manifestándose por esta decisión, haciendo bailes que representasen su frustración ante el cierre de TikTok.

Todavía en estado de shock por estas acciones que estaban sucediendo fuera del colegio, fueron testigos de una abrupta entrada por parte de un señor misterioso en el aula. Este señor misterioso les explicó que él era un creador influyente de una nueva aplicación, y que debían unirse a ella, ya que, de lo contrario, destruiría el mundo. «Elegid», les dijo en tono ensordecedor. Ante una respuesta nula por parte de los alumnos, empezó a impacientarse, y gritó más alto «Elegid, elegid, elegid, elige, Martín, elige, Martín». En ese momento Martín abrió los ojos.

─¡Elige, Martín! ─dijo la madre de Martín─. ¡Ya está bien de hacerse el dormido! ¿Quieres que te lleve hoy al colegio en coche o no?

 

         Arriba                      Arriba